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martes, 22 de julio de 2014

Pincelada didáctica: ¿Cómo elaborar mapas conceptuales?

Los mapas conceptuales son una técnica muy efectiva para resumir de manera práctica y comprensible los contenidos de las clases. Así, se convierten en un método ampliamente utilizado para presentar la información.


Los mapas conceptuales permiten organizar de modo muy funcional los temas de las unidades vistas en clases. Así, mediante esquemas, es posible exponer los conceptos de las asignaturas de forma subordinada.
Este método fomenta la capacidad de síntesis en los estudiantes. Asimismo, ayuda a recordar con mayor facilidad los contenidos, dado a su sistema de imágenes, lo que permite un mejor aprendizaje y comprensión de la materia.

Es importante entender que los mapas conceptuales poseen una presentación jerárquica, es decir, los conceptos generales y más relevantes se colocan en la parte superior, mientras los más específicos y de menor trascendencia en la parte inferior del esquema.

Los mapas conceptuales están compuestos por varios elementos:
  • Conceptos: una palabra que define un tema o una idea general.
  • Palabra de enlace: es una palabra que tiene como misión unir un concepto con otro y así formar una proposición. Por ejemplo: como, donde, para, en, etcétera.
  • Proposición: se define como dos o más ideas unidas por una palabra enlace, lo cual forma una unidad semántica, o sea, una relación de importancia entre determinados conceptos. Por ejemplo, el agua cambia de estado, los conceptos serían agua y estado, mientras la palabra enlace corresponde a cambia.
  • Líneas de enlace: Son aquellas líneas que tienen como objetivo unir los conceptos dentro del esquema.
mapas conceptuales
Pero, ¿cómo elaborar un mapa conceptual?, coloca atención a las siguientes indicaciones:
  1. Determina las ideas más importantes de un texto y escríbelas en una lista. Identifica la que engloba de manera más general el contenido del tema y ubícala al comienzo.
  2. De este modo, ordena de forma subordinada los conceptos, desde el más relevante al más específico o con menor importancia.
  3. Luego clasifica los conceptos más representativos y ordénalos en un esquema. Únelos con líneas que los enlacen y coloca en ellas una palabra que explique por qué estas ideas están conectadas.
  4. Si la idea principal es muy extensa, puedes dividirla en dos o más conceptos para organizar mejor la información. Sin embargo, procura que estas etiquetas se encuentren a una altura similar en el mapa conceptual, para que así reflejen la misma relevancia.

    Natalia Rubio Iversen
    Natalia Rubio Iversen

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